Retratos perceptivos - Las obras de Maria Lassnig


Fue por una magnífica recomendación del New Yorker del mes pasado que me dio la semana pasada por acercarme a la galería PS1, una extensión del MoMA que se encuentra en el neoyorquino barrio de Queens
La lectura no podía haber sido más acertada y la visita a la exposición más exitosa.
Mi cercana posición al mundo del arte hace que mi espíritu se encuentre paradójicamente desalentado y eufórico, siendo este último sentimiento el que experimenté al conocer la obra de Maria Lassnig.


Esta artista, nacida en 1919 en Austria, refleja mediante su inmensa colección de autorretratos lo que ella misma ha bautizado como "body awarness" o "consciencia del cuerpo". Utiliza una estridente gama de colores con un coloreado contorno para retratar aquellas partes de su cuerpo que siente con mayor intensidad y se retrata haciendo aquello que su cuerpo siente que hace, saliéndose de los paradigmas del autorretrato.



Maria Lassnig is “the perfect artist for the age of the selfie,” says Peter Eleey, who has curated a survey of the Austrian painter’s self-portraits. The idea is counterintuitive: the ninety-four-year-old artist never relies on photography, unlike many contemporary figurative painters. She uses her imagination and what she calls “body awareness,” a unique approach to Expressionism that she hit on in 1948. Simply described, she paints from the inside out, taking cues from her body’s sensations. If Lassnig doesn’t feel her ears as she’s working, they stay out of the picture. The same goes for her hair. She seems to be aware of seeing and breathing; her faces tend to have eyes, mouths, and noses. The results can suggest an Alice Neel portrait of an extraterrestrial.
Recomiendo la lectura completa del artículo aquí


Cuando comenzó a pintar en la década de 1950 su trabajo se vio intensamente influenciado por el expresionismo abstracto y el action pating. Ambos, movimientos americanos. Hoy todavía se ven estas influencias en los grandes formatos y en la utilización de las grandes masas de color y la utilización de colores complementarios para dar volumen mediante el contraste.


En una exposición fantásticamente montada, las salas te van llevando desde sus últimas creaciones hasta las más antiguas, donde se ve cómo la artista ha ido profundizando en aquello que le interesaba, la percepción. La fluidez de sus retratos más recientes se ve contrastada con el academicismo y la experimentación de sus primeros trabajos, hecho que es tangible cuando la primera y la última salas convergen.






Una escueta lista de 9 premios en pintura y menos de una docena de exhibiciones lleva esta talentosa artista a sus espaldas que todavía hoy, a sus 94 años, continúa trabajando en su estudio austriaco luchando por escenificar mediante la pintura su particular experimentación del cuerpo. 94 intensos años de historia y experimentación corporal que hoy comparte con nosotros. 

Recomiendo encarecidamente, a todo el que pueda, visitar su exposición y conocer su obra más de cerca. Para el que no pueda acercarse hasta Nueva York, podéis disfrutar de los trabajos y la vida de esta artista en esta galería
Es de mi particular interés dar a conocer a esta artista porque no podía ser de mayor actualidad no sólo el tema del "selfie" pero también el tema de la "percepción" y la consciencia del cuerpo. Hoy en día una pequeña parte de la sociedad empieza a "despertar" de este letargo tecnológico y comienzan a entrar en conexión con el cuerpo y cómo los sentimientos afectan al comportamiento, Maria Lassnig es pionera en retratar estas sensaciones a las que, con el paso del tiempo, nos iremos acostumbrando.




Como nota a destacar; esta exposición comparte espacio con otra de Christoph Schlingensief, artista muy crítico con los comportamientos sociales y que compartía amistad con la artista austriaca.



Maria Lassnig en su estudio en Austria. 1965

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