LEGO no fue desde sus inicios el sistema de bloques plásticos que hoy conocemos, sus orígenes se remontan al taller del carpintero Danés, Ole Kirk Christiansen. Reproducir objetos en miniatura le llevó a producir juguetes, algo innovador por aquel entonces, y acuñando en 1934 el término LEGO (consecuencia de la frase leg goldt; juega bien) a la que sería una de las compañías de juguetes más respetadas del mundo.
La carpintería de este ingenioso danés abrió sus puertas en 1918, en Billund, donde ejerció su oficio construyendo casas y realizando muebles para granjeros de esta región con ayuda de un pequeño grup de aprendices. Este taller sufrió un incendio en 1924, lo que hizo que Ole Kirk se replanteara su situación, aprovechando para construirse un taller de mayor envergadura y ampliar, además, su campo de actuación.
El producir pequeñas maquetas de los muebles que producián en el taller le inspiró para producir juguetes, primero en madera y, más tarde, en plástico.
El primer juguete modular de Lego fue un camión que podía ser montado y desmontado, siendo en 1949 cuando se registra la primera patente de estos bloques que podían ser conectados con mucha facilidad. Este fue el triunfo absoluto en la compañía. También conocidos entonces como los bloques de construcción automáticos, su innovación consiste en que pueden ser trabados de varias maneras, siendo apilables y, además, pudiendo permanecer unidos sin soltarse.
Fue en 1953 cuando los bloques fueron bautizados como LEGO Mursten (bloques LEGO)
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